1) Fue un éxito enorme de Michelle Bachelet. Estuvo a la altura de sus responsabilidades como Presidenta Pro Tempore de UNASUR (convocó a la cumbre, la condujo a buen puerto y fijo una agenda para el futuro... impecable).
2) Los únicos que criticaron la cumbre lo hacían por liviana no por el contenido ni por el enfrentamiento entre Presidentes, lo cual también se debe atribuir al liderazgo de Bachelet y su capacidad de conducir personalidades tan complejas e ideológicamente enfrentadas.
3) En ese sentido, es curioso que estas semanas la política chilena estuvieran marcadas por temas internacionales (FARC, Bolivia) y eso nos permite ver a la derecha superprovinciana, conservadora, pacata; y al gobierno como mucho más mundo, integrado, globalizado, etc.
4) Fue un éxito para la democracia y el gobierno boliviano: Evo Morales hoy se siente respaldado por el 67% internamente; y por el todos los países de la región externamente. Todos en Bolivia hacen ese análisis y coinciden que fue un triunfo del oficialismo.
5) Pero también hay que entender a Lula y sus reticencias. No le tengo mucha fe a las comisiones y está, por sus características, es compleja (a diferencia de la OEA que tiene un mandato claro, una carta de navegación específica).
6) Además, ¿Cómo verá la oposición boliviana esta comisión después de una declaración de tal magnitud? Desconfiará de ella, la considerará oficialista o proclive a Evo y, nuevamente como ya ocurrió con la OEA, perderá posibilidades de interceder entre las partes.
7) Mientras tanto el proceso social y político continúa en Bolivia (habrá tregua por el momento pero será momentánea), y pronto tendremos episodios similares. Eso es lo triste y trágico de lo que está ocurriendo.
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