Hace dos años el ex presidente Carlos Mesa, condicionó la venta de gas boliviano a la Argentina a "precio solidario", con una frase famosa: "ni una molécula de gas para Chile".
Muchos especialistas se rieron entonces, porque si hay moléculas que se pueden mezclar son las del gas. Nadie quiso decirlo pero esa decisión significó que el país más pobre de Sudamérica subvencionara a uno de los más ricos del continente. Para colmo, Argentina revendía el hidrocarburo a Chile... y a mejor precio.
Esta semana el Presidente argentino reconoció la situación e intentó sincerarla. Néstor Kirchner enfrenta una fuerte presión -al igual que Lula- por no haber reaccionado con más fuerza ante la nacionalización y el posible incremento de precios que ésta conlleva. Al decir que el gas que le compra a Bolivia se va a Chile, descomprime el frente interno y traslada el alza de precios a los chilenos.
En otras circunstancias, esta situación hubiera convulsionado Bolivia, generado marchas de protesta exigiendo que se suspenda la venta de gas boliviano a la Argentina, y, quién sabe, hasta propiciado la caída de un Presidente.
Pero hoy con el respaldo que tiene Evo Morales las cosas son distintas, y su gobierno ha bajado el perfil al impasse. Los bolivianos discuten una posible reforma agraria, y los coletazos de la nacionalización son tantos que éste pasó desapercibido.
Kirchner también dijo otra frase antológica que también fue ignorada, esta vez por Santiago: "Chile tiene que arreglar con Bolivia" (lo habría hecho -según Clarín- en su viaje a Austria). Otra señal del papel relevante que quiere cobrar Argentina en la región ante la ausencia con aviso de Brasil.
La negociación entre Bolivia y Argentina por los precios del gas se realizará en los próximos días cuando Julio de Vido -el alter ego de Kirchner- viaje a La Paz y anuncie que Argentina está dispuesta a pagar algo menos de cinco dólares por el gas boliviano. Actualmente el precio es similar al de Brasil ($us 3,38), que sigue siendo barato considerando el precio internacional ( $us 7). El contrato que se negocia comenzaría el próximo año triplicando los envíos de Bolivia de 7 a 20 millones de metros cúbicos.
Esta negociación es crucial porque de ella depende el futuro energético de Chile, por tanto, es mejor imaginar tres de los muchos escenarios posibles.
Primer escenario: El más probable, que se incremente el precio y Bolivia continúe vendiéndole gas a la Argentina haciendo oídos sordos de la triangulación a Chile. Esto contentaría a todos: a Bolivia porque lograría uno de los objetivos de Morales (más ingresos y poder afirmar que éstos son para el pueblo boliviano y no para las trasnacionales); a la Argentina porque traslada la presión a Chile; y a este último porque solucionaría sus problemas de desabastecimiento energético.
Una carambola antológica que puede convertir a Kirchner en el articulador energético de la región y en un interlocutor de peso frente al famoso eje comandado por Venezuela, país con el que tiene una excelente relación.
Segundo escenario: Otra alternativa posible (pero muy improbable) es que Bolivia suspenda la venta de gas a la Argentina y pierda otro de sus tres mercados naturales (ya lo hizo con el chileno). Un escenario catastrófico que todos se preocuparán por eludir porque significaría que Kirchner cortaría el gas a Chile,
Tercer escenario: Finalmente, la más racional, sencilla, pero también poco probable alternativa. Bolivia vende directamente gas a Chile.
Se ha estudiado que habilitar provisionalmente el oleoducto que ya existe entre Sica-Sica (Bolivia) y Arica para que transporte gas, costaría entre uno y tres millones de dólares (casi nada en esta industria), lo que significaría abastecer el norte chileno y descomprimir la demanda de gas argentino.
En este escenario ideal, si Chile mantiene la prudencia demostrada hasta ahora (y, por supuesto, da señales reales de buena voluntad), y Morales utiliza su habilidad y piso político, se puede resolver el problema de abastecimiento por los próximos años, desgasificar las relaciones y discutir en serio el verdadero y único problema que actualmente existe entre ambos países: una salida al mar para Bolivia. Todo un tango.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario