Resumen ejecutivo
Finalizó la reunión entre Lula, Kirchner y Chávez, una cita de emergencia por el conflicto que se suscitó la semana pasada cuando el venezolano se encontró en Asunción con Evo Morales, Nicanor Duarte Frutos y Tabaré Vásquez. Esta ?cumbre paralela el MERCOSUR? molestó a Brasil y Argentina, que son responsables ante Washington de moderar a Venezuela.
En la cumbre trilateral, Lula y Kirchner le "hicieron saber" a Chávez que preferían que moderara su participación y sus opiniones públicas en temas del sur del continente.
Una de las conclusiones más visibles de la reunión es el visto bueno al Gasoducto del Sur, un proyecto que unirá Puerto Ordaz con el Río de la Plata ?a través de Brasil?, de unos 8.000 kilómetros de extensión y que demandará una inversión estimada de 25.000 millones de dólares.
Los tres mandatarios coincidieron en invitar a Bolivia en la construcción del gasoducto. Bolivia ha manifestado que se trata de un bluff inviable y que es una forma de presión para negociar los precios del gas.
El proyecto significa además que Brasil se convertirá de hecho en el coordinador de la integración física de América del Sur.
Antecedentes
Ayer finalizó la reunión entre Luiz Inacio da Silva y Néstor Kirchner, a la que se sumó al final Hugo Chávez. Se trata de la cuarta reunión trilateral en un año entre estos presidentes.
La entrevista entre Lula y Kirchner tuvo como trasfondo el enfrentamiento entre Argentina y Uruguay por la instalación de dos plantas de celulosa en territorio uruguayo que los argentinos consideran contaminantes. La crisis de las papeleras provocó en Uruguay un debate sobre la conveniencia de permanecer en el MERCOSUR, un tema que también fue puesto en cuestión por Paraguay.
Pero sobre todo, fue una cumbre de emergencia por el conflicto que se suscitó la semana pasada cuando Chávez se reunió en Asunción esta vez con Evo Morales, Nicanor Duarte Frutos y Tabaré Vásquez, los dos últimos socios menores del MERCOSUR.
Esta "cumbre paralela" no sólo molestó a Lula y Kirchner que no fueron invitados, sino que sirvió para confirmar que Chávez tiene la intención de influir de forma determinante en la región. En esa oportunidad se habló de un gasoducto que no tocaría territorio argentino y brasileño y se defenestró a la Comunidad Andina de Naciones (con declaraciones explosivas de Hugo Chávez y Evo Morales en su contra, dolidos como están por la firma de un TLC entre Colombia y Perú con EEUU).
Finalmente, Chávez afirmó en ese entonces que "si el MERCOSUR tiene que morir para que nazca una verdadera integración, entonces que muera", lo que sonó bien a Duarte Frutos y Tabaré Vásquez. Asimismo, se consolidó el deseo chavista de ingresar plenamente al bloque del MERCOSUR (prefiere estar cerca de una alianza cuyo volumen comercial se arrima a los 150 mil millones de dólares, mientas que los países andinos intercambiaron en el 2005 apenas 9 mil millones).
La cumbre trilateral
La reunión trilateral que concluyó ayer se hizo para contrarrestar este explosivo escenario y fue comandada por el propio Lula. Brasil está molesto porque percibe que Chávez comienza a cuestionarle el liderazgo regional y que es una presencia disolvente en América latina.
Lula no está dispuesto a dejar que un MERCOSUR en crisis y una América el Sur desarticulada sea el balance presentado como resultado de su política exterior después de cuatro años de gobierno. Tampoco quiere tener que enfrentar el escenario electoral con la disyuntiva de respaldar a los empresarios paulistas frente a Evo Morales que, a raíz de la influencia caraqueña, está en una fuerte disputa no sólo con Petrobras sino con otras empresas brasileñas, a las que les exige seguir el modelo venezolano (asociación obligatoria de la empresa estatal con los privados para la explotación petrolera). Eso es considerado por Lula como una intromisión de Chávez en parte de su espacio natural de influencia.
Lula le dijo a Chávez en la cumbre que deje de alentar a Morales en su agresiva política contra Petrobras. Según el relato de un funcionario argentino presente en la sala le pidió: "Quisiera que hablaras con Evo. No entiendo por qué está actuando contra nosotros".
El factor Chávez
Actualmente el venezolano parece escapárseles de las manos incluso a los que considera sus amigos y a quienes junto con él llama los tres mosqueteros: Brasil y Argentina. Estos países son los responsables ante Washington de moderarlo, pero hay motivos de preocupación: Los escarceos de Chávez con Irán (defiende el programa atómico de los ayatolás); su deseo de tener un espacio transitorio en el Consejo de Seguridad de la ONU; su salida de la CAN; y ahora su presencia activa en el MERCOSUR, complican la ya de por sí agitada agenda de sur del continente.
Caracas además, actúa ambivalentemente: Dejó la CAN pero alienta proyectos de integración energética con Colombia. Hace lo mismo con Uruguay y Bolivia, y al mismo tiempo fue el país que más bonos de la deuda adquirió al gobierno de Kirchner alejándolo de cualquier circunstancial ahogo financiero.
El presidente colombiano Alvaro Uribe que se reunió hace unos días con Lula le recomendó a Chávez que "mejore su alterado diálogo político" con Washington porque "afecta a toda la región".
Celso Amorim, canciller brasileño, confirmó que en la trilateral Lula había intentado mediar de parte de Uribe, para que Venezuela no abandone la CAN, pero que el intento no resultó. "La CAN no está en crisis. Está muerta", dijo Chávez.
El MERCOSUR
En la cumbre trilateral Kirchner y Lula le reprocharon a Chávez que hubiera participado en la reunión de Asunción con el espíritu de cuestionar la falta de impulso de la Argentina y Brasil al desarrollo de los otros miembros del MERCOSUR. Fuentes del gobierno brasileño y de la comitiva argentina confirmaron a medios de ambos países que Lula y Kirchner le "hicieron saber" a Chávez que preferían que moderara su participación y sus opiniones públicas en temas del sur del continente.
Un miembro de la comitiva argentina consideró que la reunión fue "un éxito y un alivio". ¿Por qué? "Un éxito porque avanzamos con el plan del gasoducto. Y un alivio porque desbaratamos el MERCOSUR paralelo de Asunción".
Es que existe un problema real para una cumbre de todos los presidentes del MERCOSUR: Kirchner y Tabaré Vázquez no podrían reunirse en las actuales circunstancias. Kirchner, presidente pro témpore del MERCOSUR, se niega a convocar a una reunión de cancilleres para tratar el corte del puente de Gualeguaychú-Fray Bentos, que Uruguay pidió hace más de 15 días. Por el contrario, el presidente argentino decidió llevar el problema de las papeleras al tribunal internacional de La Haya.
Chávez fue el único presidente que asistió a las dos reuniones del MERCOSUR, la de Asunción y la de San Pablo. ¿Es Venezuela un miembro pleno del MERCOSUR? No, según los juristas y diplomáticos. Debería firmar antes, formalmente, su respeto a la democracia y a los derechos humanos y su compromiso de destruir eventuales armas de destrucción masiva. Son los reglamentos del MERCOSUR.
El gasoducto
Hay quienes creen que la inserción de Argentina y del propio Brasil en el mundo no se dará sino a través de un TLC con Estados Unidos, ellos pronostican que el MERCOSUR no soportará la negociación por el gas con Bolivia, por las papeleras con Uruguay, por la lluvia de productos brasileños o por la tentación de Uruguay y Paraguay por un TLC (lo que implicaría además otra ruptura de Chávez).
Sin embargo, para otros el futuro del MERCOSUR pasa por la integración energética. Así se puede sumar a Venezuela, que quiere entrar al bloque, y a Bolivia, que quiere industrializar su gas.
Por ello, una de las conclusiones más visibles de la reunión trilateral es el visto bueno y la viabilidad que ven los tres presidentes al Gasoducto del Sur, un proyecto faraónico que unirá Puerto Ordaz (Venezuela) con el Río de la Plata -a través de Brasil-, que tendrá unos 8.000 kilómetros de extensión y demandará una inversión estimada entre 20 y 25.000 millones de dólares (financiamiento del que nadie ha hablado todavía y que es el primer escollo de este proyecto).
El 27 de julio empezarán los estudios de factibilidad en materia tecnológica y ambiental para hacer el emprendimiento. Los estudios tecnológicos los hará Venezuela, y los análisis del impacto ambiental quedarán a cargo de Brasil porque el trazado recorrerá casi 6 mil kilómetros de territorio brasileño.
El ministro de Planificación argentino, Julio de Vido (el más importante auxiliar de Kirchner), expresó que los tres mandatarios "coincidieron en invitar a Bolivia en la construcción del gasoducto". La futura incorporación de Bolivia a la iniciativa fue confirmada por Chávez "Hablamos de la incorporación de Bolivia a la construcción del gasoducto y pretendemos integrar al resto de los países en una red que se va a conectar e interconectar con varios tramos que ya están construidos, al tiempo que generará al menos un millón de puestos de trabajo", aseguró el venezolano en declaraciones a la prensa tras el encuentro.
Por su parte, Marco Aurelio García (asesor internacional de Lula) resaltó que "ni la Argentina ni Brasil son rehenes del gas boliviano" y resumió el miedo de Brasil: "El problema es que los miembros (del MERCOSUR) dejen de considerar el bloque como un espacio atractivo".
Bolivia ha manifestado que el Gasoducto del Sur es un bluff imposible de realizar y que es una forma de presión de Brasil y Argentina para negociar en mejores condiciones la compra de gas boliviano.
Brasil convocará a una reunión para septiembre de todos los presidentes de América del Sur para invitarlos a sumarse al plan. Un mes antes, prevén presentar los detalles del trazado y la financiación, además de mandar misiones conjuntas a los demás países para explicarles la idea. De esa forma, Brasil hizo énfasis en que el proyecto está en manos de la Argentina, Brasil y Venezuela y que el resto de los países se integrarán "en forma gradual".
Con la confirmación en la reunión de que el gasoducto es financiera y técnicamente viable, Brasil encontró la razón para erigirse en el coordinador de la integración física de América del Sur. Lo podrá hacer con Venezuela, cuya integración al proyecto podrá servir como un moderador de las reivindicaciones de Morales sobre las condiciones de abastecimiento de gas, tanto para Brasil como para la Argentina. Ingresando el gas venezolano en la región, el poder de Morales se atenúa.
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