24 horas después del amplio respaldo que obtuvo en el Referéndum, el Presidente boliviano, Carlos Mesa, anunció su decisión de exportar gas a México y EEUU a través de territorio peruano y descartó explícitamente cualquier puerto chileno. ?Hay que asumir que no hay otro camino que la opción Perú", afirmó Mesa en una entrevista a la más importante red televisiva boliviana (ATB).
El anuncio se produjo horas después de que el mandatario, en una entrevista exclusiva con El Mercurio, dijera que sabía ?que económicamente una salida por un puerto de Chile es lo más conveniente?.
Aupado en su popularidad, Mesa apretó el acelerador y decidió aumentar el volumen de exportación a la Argentina, lo que anunciará mañana en una reunión con el Presidente argentino, Néstor Kirchner, en el emblemático departamento de Tarija, que concentra el 80% de las reservas energéticas bolivianas.
La reunión entre los Presidentes de Bolivia y Argentina es parte de una intensa agenda energética que contempla una nueva reunión el 11 de agosto con el Presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva (similar a la que ya tuvieron en Santa Cruz, el 9 de julio pasado), pero esta vez a la cita se le sumará el presidente del Perú, Alejandro Toledo.
Con Toledo, Mesa también se reunirá a solas el próximo 3 y 4 de agosto en el puerto de Ilo, seguramente la ocasión propicia para oficializar la exportación de gas por ese país.
La segunda reunión entre Mesa y Lula en menos de un mes no llama la atención a los analistas políticos, si se tiene en cuenta la importancia energética que tiene Bolivia para Brasil, lo cual se reflejó en los acuerdos suscritos entre ambos mandatarios para poner en marcha la construcción de dos plantas termoeléctricas, una en Puerto Suárez (Santa Cruz) y otra en Corumbá (Brasil) y un polo petroquímico en esa misma región fronteriza.
Seguridad jurídica
Hoy la atención de los actores políticos y económicos más relevantes del continente está puesta en Bolivia, no es de extrañar entonces que Estados Unidos, Brasil, México, Perú y Argentina hayan congratulado a Mesa por su victoria, sin dudar de que ésta fue más que nada un respaldo a su gobierno y el manto de legitimidad que lo confirma en el poder hasta el 2006.
Si bien hubo artículos alarmistas en algunos medios muy influyentes como el Wall Street Journal, los principales protagonistas del negocio petrolero se han tomado las cosas con calma. Las acciones de Repsol, el socio principal del proyecto LNG de exportación a México y EEUU (donde también participan las británicas BP y BG y la francesa Total), subieron en la bolsa de Madrid.
El análisis más sobrio, sin duda, fue el de The Economist, que afirmó que Bolivia, pese a su pobreza, tiene el ?hábito de establecer ciertas tendencias políticas? y por tanto los términos futuros en que se desenvolverán las multinacionales energéticas en la región. El Washington Post también se sumó a ese análisis y afirmó que la votación podría ser una señal política a Latinoamérica después de una década de reformas de mercado sin beneficios aparentes para la población.
Pero la seguridad jurídica que reclaman los inversionistas sigue en duda y quien más preocupado está al respecto es Petrobras, la que discretamente cabildea sobre el asunto en todas las reuniones presidenciales. Todo dependerá de si Mesa mantiene la sobriedad que lo caracteriza incluso en su vida privada (fanático de la coca cola y abstemio como es), y no se emborracha con el poder conferido por los bolivianos. La primera señal no fue la mejor: amenazó a las petroleras con que no negociará con ellas la nueva Ley de Hidrocarburos.
Las preguntas del millón
El mismo The Economist, al hacer referencia a las preguntas del Referéndum afirmó irónicamente que ?Bolivia no es para principiantes?.
Las confusiones tienen muchas aristas, simplemente nos detendremos en dos: la ?nacionalización inteligente? de la que habló Mesa y la entelequia de ?gas por mar?.
En el primer caso la discusión gira en torno a si la ?recuperación de la propiedad de los hidrocarburos en boca de pozo? significa una nueva ley donde se contemple una migración voluntaria de los contratos actuales de las petroleras, o si habrá una migración obligatoria; lo cual podrá ser interpretada como ?nacionalización inteligente? pero también como ruptura de las reglas del juego e inseguridad jurídica.
En cuanto a la pregunta de ?gas por mar? que tuvo un amplio respaldo pero algo menor al de las otras preguntas (porque en ella confluyeron inconscientemente el voto del MAS ?que no quiere exportar? y el de quienes piensan que hay que exportar sin tomar en cuenta el asunto marítimo), las cosas no están más claras.
Por eso quizá a partir de ayer tanto el Presidente boliviano como el Canciller, descartaron pública y discretamente continuar con esa entelequia. Juan Ignacio Siles sostuvo que la apuesta de su gobierno no es ?gas por mar? sino poner en práctica una estrategia de ?integración por mar?, que incluya al Perú.
Inteligentes como son, Mesa y Siles saben que ningún político chileno serio estaría dispuesto a negociar soberanía por un commodity.
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